Una estrategia de banca digital para un servicio más inclusivo

Por: Marcelo Fondacaro, Director Comercial de VeriTran

Durante la 80ª Convención Bancaria de la Asociación de Bancos de México, se planteó, como uno de los principales objetivos para el sector financiero, el crecimiento de la bancarización de la población.

Con el 35% de la población bancarizada, en uno de los países con mayor desarrollo de América Latina, es imperante implementar una estrategia que haga viable el alcance de servicios bancarios en la base de la pirámide. Principalmente porque éste grupo es el más importante para el desarrollo económico del país y donde se concentra la mayor parte del sector empresarial, de pequeñas y medianas empresas que generan un gran movimiento financiero.

La meta de la misma Asociación es atraer a la formalidad a más de 50 millones de mexicanos que hoy están fuera del sistema bancario. ¿Cómo es posible integrar a la población que tiene limitaciones geográficas, económicas, incluso sociales, a una dinámica financiera? La respuesta está relacionada con los beneficios que la transformación digital ha traído al sector: movilidad, independencia, seguridad, alcance e inmediatez. Estos puntos deben ser integrados por los bancos en su estrategia de banca digital donde, además, ofrezca diversificación de servicios financieros, acotados a perfiles de usuarios, transacciones, montos y hasta divisas.

Si bien los canales digitales han sido parte importante para el incremento de la participación de los usuarios bancarios, esto no significa una práctica inclusiva para la población restringida de infraestructura de redes o que carece de conocimiento sobre los diversos productos a los que podrían tener acceso y que, incluso, podría ayudarle a una mejora en su perfil financiero.

Es por esto que la estrategia de banca digital que implementen los bancos debe considerar el estudio profundo de los diversos tipos de perfiles de usuarios, con el fin de enfocar su oferta de productos, alcances, modos de operación y hasta cobertura. Actualmente, existen proyectos digitales que apoyan a las instituciones financieras en la implementación de este tipo de estrategias, brindando herramientas de fácil acceso, intuitivas y que promueven el uso inteligente de los recursos de los usuarios, con requerimientos mínimos de tecnología y conectividad, que facilitan la adopción e integración en sus transacciones.

Aunque los avances tecnológicos y el alcance de las redes 4G ha ido en aumento, existen otras alternativas que pueden hacer eficiente el intercambio de información necesario para establecer una dinámica transaccional entre una entidad financiera y un usuario con un perfil debajo de la media. Por ejemplo, los mensajes push siguen vigentes y pueden ser la base de comunicación para abarcar a los diferentes extractos sociales, ya que funcionan con redes limitadas y dispositivos básicos; esto, integrado a una plataforma que ofrezca más servicios (que los comunes), puede hacer la diferencia en la adquisición de clientes de una institución financiera tradicional.

Otra muestra de esta implementación son los códigos QR que, como se ha demostrado en otros países de la región, pueden ser útiles como verificadores de transacciones o para la consulta del estado de cuenta de los clientes.

Interconectar cada vez más a los usuarios con la industria financiera hará posible la evolución paulatina de la forma en que operan comercios y negocios en diferentes comunidades, en México y América Latina. Para lograrlo, es necesario que estos últimos lideren la oferta de servicios y posibilidades, por ejemplo, al habilitar la operación a través de corresponsales bancarios, que puedan aceptar transacciones y ofrecer opciones de financiamiento.

En este contexto, una estrategia digital para los bancos debe considerar una serie de criterios para ser exitosa; la universalidad y el bajo costo o gratuidad, ser completamente flexible y adaptable a necesidades diferente son la clave para desarrollar proyectos de inclusión financiera.