Los tres principales desafíos para la implementación del 5G en América Latina

Por: Giovani Henrique, director general de Positive Technologies 

Con más de 40 operaciones comerciales lanzadas alrededor del mundo, la quinta generación de internet móvil promoverá una verdadera revolución en las comunicaciones, industria, entretenimiento, medicina y otros segmentos. GSMA, asociación global de las operadoras móviles, estima que el número de conexiones 5G alcanzará 1.4 mil millones para 2025, el equivalente al 15 % del total de conexiones.

Según la evaluación de Positive Technologies, la implementación de la quinta generación enfrenta desafíos, siendo las inversiones necesarias uno de los más impactantes. El 5G exigirá una inversión altísima en infraestructura, no solo en América Latina, sino también en todo el mundo. Por otro lado, la seguridad también es un factor crítico. De nada sirven fuertes inversiones en 5G, si las redes permanecieren con las mismas fallas de seguridad presentes hoy en las redes 3G y 4G.

Los principales obstáculos para la implementación de la nueva tecnología en América Latina pueden agruparse en tres bloques: cuadro financiero, que aborda la demanda de inversiones en infraestructura y licencias de espectro; cuadro regulatorio, que considera las políticas adecuadas y los desafíos para la implementación de la tecnología; y seguridad, que engloba las vulnerabilidades a enfrentar y los perjuicios que pueden causar, tanto para usuarios finales, como para industrias y empresas.

1.- Cuadro financiero: la infraestructura será responsable por el 70 % de las inversiones en 5G, según datos del sector. La tecnología exigirá un número de antenas entre 5 y 10 veces mayor que el necesario para 4G. Y todas ellas deben estar conectadas por fibra óptica.

Para hacer el 5G una realidad, las operadoras latinoamericanas tendrán que disponer de recursos para adquirir licencias de espectro, invertir fuertemente en infraestructura y tener garantía de retorno sobre ese capital. Por otra parte, la inversión también debe ser sostenida a lo largo del tiempo para atender a la demanda cada vez mayor de servicios por usuarios finales. Siendo que la industria todavía no monetizó las inversiones en 4G en la región.

2.- Cuadro regulatorio: América Latina está presentando un cuadro regulatorio favorable a la implementación del 5G. Es esencial que las operadoras tengan espectro suficiente en las bandas identificadas para ese uso y que los pliegos no tengan carácter recaudatorio. La región está en el camino correcto. Los gobiernos latinoamericanos tienen todo el interés en regular y estimular la tecnología, que tiene potencial de modernizar varias industrias, mejorar la calidad de varios servicios y generar empleos. Se espera que la región provea, también, una reglamentación favorable a la agilidad en la atribución de licencias para la instalación de antenas.

3.- Seguridad: además de ampliar el acceso y mejorar la experiencia del usuario en las redes de telecomunicaciones, el 5G ofrecerá nuevos recursos, como las comunicaciones masivas máquina-máquina, que harán a la Internet de las Cosas (IoT) una realidad. Mientras tanto, la quinta generación también ampliará considerablemente el perímetro que las operadoras móviles necesitarán proteger. Toda esta inversión debe estar acompañada por una buena estrategia de análisis de vulnerabilidades y atenuación de riesgos de ciberataques. Incidentes con la seguridad no solo causan perjuicios y afectan a los usuarios, sino que también perjudican la marca, influyen en los precios de las acciones e impactan negativamente en el ingreso de las operadoras.

La industria móvil espera un cuadro regulatorio adecuado para que el 5G alcance todo su potencial, pero las operadoras también necesitan garantizar la calidad y seguridad de los servicios a los clientes. Aún hoy, después de esfuerzos del sector y de la concientización de las operadoras sobre cuestiones de seguridad, el 78 % de las redes de telecomunicaciones son vulnerables a ataques.

Las operadoras necesitan mantener las políticas de seguridad actualizadas para que las redes de quinta generación estén protegidas desde el primer día.