La innovación tecnológica está construyendo el mañana
Por: Luis Gerardo García, gerente general de AMD México, Centroamérica y el Caribe
“El tiempo es relativo”, tal premisa pasó de ser un principio físico que aludía a la discordancia en la forma en que dos observadores percibían el transcurso del tiempo, a prácticamente convertirse en un dicho popular. Sin embargo, no por eso deja de ser cierto.
Entre las unidades que empleamos para medir el paso de los años existe el decalustro, el cual refiere a un periodo de cincuenta años. ¿Son cincuenta años mucho o poco tiempo? Es entonces cuando nos enfrentamos a la noción de relatividad. Para alguien en la tierra podría representar la vida entera, hay dinastías que han caído en un periodo más corto; en cambio, es 30% menos del tiempo que le toma al cometa Halley darle una vuelta al sol, casi una tercera parte de lo que un año en Neptuno y prácticamente 20 años menos de lo que ha durado el reinado de Elizabeth II en el Reino Unido (hasta ahora).
Para el sector empresarial la realidad puede ser distinta, si bien a mediados del siglo pasado se estimaba que la vida promedio de un negocio era de 61 años, en la actualidad este cálculo se ha reducido constantemente, con una meteórica carrera de 18 años por delante para las organizaciones en ciernes. En ese sentido, y muchos más, en AMD estamos orgullosos de poder celebrar 52 años de vida, un salto que parece mucho más grande cuando miramos a un pequeño emprendimiento de semiconductores en Silicon Valley, transformarse en una firma global líder en la industria tecnológica en menos de medio siglo, sentando las bases de innovación en la ingeniería moderna.
Hoy recordamos cuando la compañía arrancó operaciones con la producción de memorias RAM y procesadores, sumando a mediados de la década de 1980 la fabricación de componentes gráficos y de video. Con esta decisión, se convertiría en la única empresa en el mundo que fabrica tanto procesadores como tarjetas gráficas de alto rendimiento, con la experiencia necesaria para combinarlos en soluciones personalizadas.
En el presente, AMD fabrica los procesadores más potentes del mundo y es el motor de dispositivos de todo tipo y tamaño, desde supercomputadoras a consolas de videojuegos, pero también está sentando las bases del futuro con la producción de las soluciones de infraestructura de nube que trabajan 24/7 para proveer los servicios de conectividad y telecomunicaciones que utilizamos en nuestra vida diaria, incluyendo también el desarrollo de las computadoras portátiles que se emplean en todo el mundo para estudiar, trabajar o simplemente disfrutar del tiempo libre.
Actualmente, el rol de AMD va mucho más allá de los circuitos para cómputo personal. Con la apuesta por tecnologías robustas y confiables, como la más reciente generación de Procesadores AMD EPYC, AMD está cimentando el camino a la era de los datos y la automatización, proponiendo soluciones diseñadas para cumplir las demandas de entornos virtualizados críticos, satisfacer las capacidades de servidores empresariales y centros de datos para desplegar implementaciones avanzadas como análisis de datos, Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas y entornos de nube híbrida.
Ese principio de innovar constantemente es el que ha posicionado a AMD como un catalizador de desarrollo en la industria informática. En términos de ingeniería, una de las principales aportaciones y diferenciadores de la firma radica en detonar el avance de tecnologías de unidades de disco más pequeñas, llevando al mercado arquitecturas tan vanguardistas como la tecnología de 7 nanómetros en la fabricación de CPUs, que aceleran el crecimiento y transformación del cómputo para generar experiencias centradas en las personas, facilitando la producción de equipos más delgados, ligeros, con mejor eficiencia energética y una dispersión térmica óptima.
Tales hitos han permitido que AMD haya incrementado su valor casi un 5,000% en un plazo de cinco años, una cifra que refleja no solo un incremento sustancial en las ventas y una mejor valoración de la marca en el mercado, sino que es resultado de un portafolio sólido y versátil que atiende puntualmente las necesidades de los usuarios a través de las diferentes soluciones y familias de producto.
Gran parte de este salto que la empresa ha experimentado deriva del liderazgo de la presidenta y directora ejecutiva, la Dra. Lisa Su, quien ocupa el puesto desde el año 2014 y se ha encargado de fusionar las divisiones comerciales y los equipos de ventas, operaciones globales y habilitación de infraestructura de AMD, formando una sola empresa enfocada en el mercado y haciéndose responsable de todos los aspectos de la estrategia y la ejecución de los productos.
El mundo ha cambiado, y seguirá haciéndolo constantemente. De cara a una década en que 70% del nuevo valor económico estará basado en modelos de negocio habilitados por plataformas digitales, AMD mantiene el mismo compromiso que se planteó desde el día uno: innovar para hacer más fácil la vida de las personas y las empresas, ayudando a maximizar las capacidades humanas para que puedan dedicarse a lo que de verdad importa.
Seguimos trabajando en proyectos como la reducción de placas a 5 nanómetros o menos, la optimización de los núcleos de los componentes para obtener un mejor rendimiento y la reducción de consumo energético para disminuir la huella de carbono de una forma sustancial y significativa.
La respuesta a si 50 años son mucho o poco dependerá de a quién se le pregunte. Para mí, lo importante no es el tiempo, sino lo que se hace con él; a lo largo de sus 52 años de existencia, AMD ha demostrado tener la visión que se necesita para sentar las bases del futuro, hoy.