La felicidad: un factor para tener empleados comprometidos en las organizaciones

Vivimos en un mundo más dinámico, más conectado, todo es más rápido; los empleados trabajan más, las organizaciones quieren resultados, incrementar ventas, llegar a la meta, pero, ¿realmente sus empleados son felices?

 

La falta de motivación de parte de los directores de las empresas, impacta en el

rendimiento de los empleados. Se dice que el cerebro positivo es 31% más productivo, pero, ¿si los empleados no están felices?; ¿no les gusta lo que hacen?; ¿tienen problemas económicos, familiares o personales?; ¿su trabajo no los satisface?... ¿cómo se les puede ayudar a que sean felices?

 

Patricia Garza, Directora General de Filosofía Corporativa, asegura que cuando las organizaciones tienen empleados felices, el crecimiento y la productividad aumentan, y que la felicidad no es momentánea, sino de toda la vida. No está afuera, ni en el dinero ni en la fama, sino dentro de cada uno de nosotros: la cuestión es saber cómo buscarla, y, una vez encontrada, mantenerla, con la ayuda por ejemplo de algunos “tips”, como cuidar el cuerpo, y las propias emociones; ser justo en todos los actos; pensar antes de actuar.

 

Una persona feliz en su trabajo, lo mantiene, y logra en él, los mejores resultados, es más adaptable, renuncia menos y eleva las ventas en un 37%.

 

Filosofía de la empresa

 

Por todo ello, los directores de las empresas deben cambiar de mentalidad, para

que también cambie toda la organización. “Ya no se trata de dinero o de trabajar

más, señala Garza, sino de enfocarse en la motivación intrínseca, en lo que los empleados harían como un valor agregado, sin retribución económica a cambio,

por el hecho de estar contentos con la empresa”.

 

Para lograr el Employee Engagement, se debe asignar, primero, un líder involucrado con la organización, que promoverá una actitud positiva de los empleados, más confianza, un compromiso organizacional, más productividad, percepción más positiva de la empresa y menor rotación.

 

Las organizaciones existen gracias a su personal, por lo que deben involucrarse

con él, como centro y fin de cualquier política empresarial. “Es ahora, añade Garza, un buen momento para aplicar, en los Centros de Contacto, el curso y metodología de la Felicidad Sustentable, porque en ellos hay muchos jóvenes que tienen una vida por delante, para ya, desde ahora, hacer lo correcto, disfrutar más y equivocarse menos. Con ello, se incrementaría la productividad, y se haría una aportación clave a la vida de los jóvenes y a la de la empresa. Es muy bueno subir las ventas, pero es mejor si, además, colaboramos en cambiar una vida.”

 

Garza define que la Felicidad lleva consigo el que uno sea libre, y sea el piloto de

la nave de la propia vida. Pero esto se va aprendiendo progresivamente hasta formar el hábito: un modo de vivir permanente. No confundirla con la euforia que

es de sólo un momento.

 

“La característica principal de una persona feliz, prosigue, es que ésta saca provecho y disfruta de casi todo: cuando está contenta, en los momentos y situaciones agradables, pero también es capaz de encontrar lo positivo y el aprendizaje en los difíciles y de prueba. Ser feliz no es fácil: es algo en lo que se debe trabajar todos los días, con miras al futuro, a crecer, a ser mejor, pero entendiendo que sólo se tiene el presente, aceptándolo y sintiéndose muy bien con él.”

 

Algunas recomendaciones que ayudan diariamente a trabajar en conseguir y conservar la felicidad, pueden ser, entre otras:

 

1. Tomarse unos minutos a solas y en silencio para pensar: ¿cómo me siento?, ¿qué me molesta?, ¿qué me alegra?

2. Cada mañana, anotar y cumplir uno o dos propósitos específicos.

3. Tomar con calma, al menos, tres vasos de agua.

4. Tomar los alimentos sentado, y sin interrupciones.

 

“Estas sencillas acciones, concluye Garza, pueden hacer una gran diferencia, y ayudar a que los empleados se sientan mejor en sus lugares de trabajo”.