La buena alimentación para un mejor desempeño físico, mental y laboral
Por: Iván Hernández, IMT
Alimentarse de forma adecuada es un hábito que debemos tener presente en nuestro día a día, por ende, resulta complicado entender por qué no es fundamental para los planes de productividad y desarrollo de algunas organizaciones. Esto, con el fin de no ser visto como un gasto nacional, sino como medida prevención para los colaboradores a mediano y largo plazo.
Un buen plan de alimentación balanceado y saludable es aquel que proporciona a cada individuo de forma equilibrada todos los nutrientes esenciales, la energía necesaria para mantener el buen funcionamiento del organismo, conservar o restablecer la salud, minimizar el riesgo de enfermedades, así como garantizar la reproducción, gestación, lactancia, desarrollo y crecimiento adecuado en las diferentes etapas de la vida.
La productividad de los trabajadores está directamente relacionada con el consumo de alimentos, y en general a todo aquello relacionado con su bienestar. Desde hace años, especialistas en el tema insisten en esta premisa y defienden la importancia del cuidado físico y mental dentro de la prevención de riesgos laborales. Por este motivo, cada vez son más las organizaciones que comienzan a invertir y financiar iniciativas destinadas a mejorar la salud y los hábitos de vida de sus empleados.
Debido a esto, presentamos una serie de recomendaciones alimenticias para aumentar la productividad y concentración en materia organizacional:
- Establecer horarios entre comidas: Asignar un horario para cada comida y respetarlo; de esa forma podremos controlar las porciones que nuestro cuerpo necesita y no consumir alimentos innecesarios y poco saludables.
- Cuidar los niveles de glucosa: Se aconseja no suspender comidas o dejar pasar mucho tiempo entre ellas, ya que nuestro cuerpo reacciona transformando lo que consumimos en azúcar, realizando un esfuerzo para ahorrar energía y haciendo que el metabolismo se haga más lento.
- Mantener snacks o refrigerios saludables: Llevar frutos secos o alguna fruta como snack ayuda a mantener una alimentación saludable sin agregar muchas calorías a nuestra dieta.
- Incluir ácidos grasos omega 3 en la dieta semanal: Los alimentos con este contenido ayudan a los trabajadores a mantenerse activos, además de protegerlos de enfermedades cardiovasculares del sistema inmunológico.
- Beber agua: Consumir líquido, especialmente agua, permite que nuestro cuerpo elimine desechos o toxinas. Así mismo, si el cuerpo recibe la cantidad adecuada, refuerza su sistema inmunológico, evitando desde enfermedades comunes como la gripe hasta más complejas como ataques cardíacos o problemas renales.
Teniendo en cuenta estas condiciones favorables para las intervenciones en materia de salud, es lamentable que aún existan, lugares de trabajo en donde se ofrece todo lo contrario a una alimentación sana: máquinas dispensadoras, tiendas de comida rápida y vendedores ambulantes.
La alimentación en la vida cotidiana y, específicamente al desarrollar actividades de trabajo, es de suma importancia para el desempeño y motivación de los colaboradores; además de incentivarlos y hacerlos más productivos, los empleados denotan una sensación de felicidad y estabilidad cuando su empresa demuestra interés en su salud y bienestar, de hecho, se ha demostrado que organizaciones que implementaron algún tipo de apoyo alimenticio, observaron cambios positivos en el comportamiento, actitudes y conocimientos de sus trabajadores.