Inteligencia Artificial: retos y obstáculos que las organizaciones deben tener en cuenta al implementar esta tecnología

Por: Iván Hernández, IMT

La Inteligencia Artificial (IA) ha permeado un amplio número de soluciones en los procesos empresariales, eliminando las fricciones del pasado y perfeccionando las necesidades del futuro. Evolucionado con aplicaciones en múltiples industrias, esta tecnología pretende transformar diferentes aspectos de la vida en diferentes sectores: principalmente en el energético, agrícola, asistencia personal, logística, transporte, finanzas, educación, comercio y salud.

Esta herramienta pasó de ser una tecnología experimental en centros de investigación a una necesidad diaria para consumidores y empresas en todo el mundo. Según el informe “El estado de la IA en 2021”, elaborado por la consultora McKinsey & Company, el 57% de las empresas de las economías emergentes ha adoptado alguna forma de IA, mientras que para 2022 cuatro de cada cinco organizaciones planeaban aprovechar esta tecnología para futuros proyectos en los próximos años.

En la actualidad, las empresas utilizan la Inteligencia Artificial para mejorar sus procesos y experiencias, tanto en el funcionamiento de sus operaciones como a la hora de interactuar con el usuario final. Sin embargo, aún existen retos que se deben tener en cuenta al emplear esta herramienta en diferentes industrias.

Por esta razón, es importante recalcar algunos aspectos fundamentales en el que la IA se puede aplicar en las organizaciones a mediano y largo plazo.

  • Apoyo en la privacidad de datos

La adopción de la Inteligencia Artificial está incrementando las preocupaciones relacionadas con el uso de datos sin permiso de los usuarios. Por tal motivo, las empresas deben demostrar total transparencia y facilitar el acceso a sus políticas de privacidad o, si no existen, redactarlas lo antes posible y ponerlas a disposición del público en el sitio web de la empresa, con los siguientes elementos que estipula la Comisión Federal de Comercio (FTC).

1. Notificación/Conocimiento: los usuarios deben saber que se va a recopilar su información, cómo se va a utilizar y quién la va a recibir.

2. Elección/Consentimiento: los usuarios deben tener la oportunidad de aceptar o rechazar la recopilación de datos, y en qué medida.

3. Acceso/Participación: los usuarios pueden consultar sus datos en cualquier momento y realizar los ajustes necesarios.

4. Integridad/Seguridad: se informa a los usuarios de las medidas que toma la empresa para garantizar la seguridad y exactitud de sus datos, al tiempo que se ocultan detalles personales irrelevantes.

5. Cumplimiento/Resarcimiento: los usuarios deben saber cómo se solucionan los problemas y qué consecuencias tiene una mala gestión de los datos.

  • Eliminar los prejuicios de la Inteligencia Artificial

La IA debe ser entrenada para que las empresas establezcan procesos y buenas prácticas que ayuden a eliminar las ideas preconcebidas sobre el uso y trato de datos de todas las fuentes utilizadas.

Junto a esto, las plataformas deben permitir una protección humana entre las fases de recopilación y procesamiento de datos del entrenamiento de IA, esto con el único fin de eliminar cualquier rastro de datos personales, proteger a los usuarios y garantizar que solo existan piezas cruciales de información.

  • La narrativa implacable de los medios de comunicación

Muchos medios de comunicación tienden a repetir y hacer hincapié en dos narrativas contradictorias. Por un lado, informan que la IA es una tecnología con el potencial de revolucionar nuestra vida social y laboral; pero por otro, siguen insinuando que esta herramienta está a un paso de quitarle el trabajo a la gente.

Esta tendencia podría exacerbar un poco el círculo vicioso: la Inteligencia Artificial no puede mejorar si no hay más personas usándola, pero es probable que las cifras de adopción se estanquen debido a los retrasos en la mejora de la tecnología.

La mejor forma de subvertir la narrativa de los medios es que las empresas construyan la suya a través del uso y la cotidianidad. Ya que, una vez que los consumidores tengan en sus manos esta tecnología, es más sencillo comprender su factor sorpresa y su potencial para ahorrar tiempo en la realización de tareas básicas, o tareas que ni siquiera habían considerado que podrían ser abordadas por la Inteligencia Artificial.