¿Hace cuánto que no escuchas a tu cuerpo?

El cuerpo nos da mensajes, pero no los escuchamos por andar de prisa. Si partimos de que nuestro cuerpo es nuestra casa donde habitamos, entonces empecemos por “limpiar la casa” cada uno somos nuestro propio generador de salud y de equilibrio.

El coaching corporal nos invita a hacer esta introspección y aprender a reconocer cada parte de nuestro cuerpo, emociones y sensaciones expresadas a través de un dolor, una molestia, o una sensación grata. Al identificar cuerpo-emoción, podemos identificar energía y espiritualidad en el propio ser y distinguir de una manera consciente qué quiero, qué me gusta, cuáles son mis fortalezas y cuáles mis áreas de oportunidad; es decir, podremos lograr desde el cuerpo un aprendizaje transformacional permanente.

Dentro de un Centro de Contacto, el coaching corporal puede ser una herramienta muy poderosa, si consideramos algunas de las habilidades requeridas y evaluadas como: escucha efectiva, atención, paciencia, auto-control, manejo del tiempo, uso del lenguaje positivo, persuasión… Estas habilidades nosotros mismos podemos controlarlas a través del cuerpo, cerebro y del lenguaje.

El coaching corporal puede ser un excelente aliado, ayudando a saber utilizar la mente, el cuerpo, las emociones, la energía y el lenguaje.

Algunas técnicas que pueden ayudar a reconocer y utilizar el cuerpo son:

1.- ENCONTRAR EL CENTRO: A través de la respiración, se puede escanear todo el cuerpo, alineando cabeza, hombros, pies, en un mismo eje y haciendo una revisión de cada parte del cuerpo. Esta respiración deberá ser profunda, esto es desde el estómago, se expande al inhalar por la nariz, se expulsa el aire por la nariz y se contrae nuevamente el estómago (puede ayudarse poniendo la mano a la altura del ombligo para sentir).

Hacer esto diariamente, empezando por 5 minutos, e ir aumentando cada semana 2, hasta llegar a 20. Al respirar profundamente, se abren canales de oxigenación a todos los órganos internos, lo cual hace que el cerebro se desbloquee. Al escuchar al cuerpo, se podrá expandir la creatividad y generar una gama de posibilidades: sea para tomar alguna decisión, responder asertivamente o cuestionar en forma más sutil. En resumen: ayuda a estar en el presente.

2.- ELEGIR LOS DISCURSOS INTERNOS: Recordar que lo que uno se dice a sí mismo es lo que se es. ¿Cómo quiere que sea el discurso interno? ¿Cuántas veces te has saboteado? Si el diálogo interno es negativo, la respiración es corta, es decir a nivel de garganta, lo cual hace que se incrementen las palpitaciones cardíacas y no pase oxígeno al cerebro, el cuerpo empieza a perder control y lo manifiesta en una emoción (ira, alegría, tristeza, etc.) o puede reprimir y guardar dicha emoción. Lo que negamos nos somete, y tarde o temprano, el cuerpo lo recordará en un dolor o en una enfermedad.

Te propongo tener más diálogos positivos contigo, practica agradecer 10 cosas diarias que te hayan sucedido en el día, escríbelas, puede facilitarse al finalizar tu día antes de irte a dormir. Notarás que, poco a poco, comienzas a ser positivo hasta en las situaciones adversas, aprender de lo bueno y lo no tan bueno, nos permite aceptar nuestro momento y fluir sin juzgar, solo aceptando.

3.- MOVIMIENTO-ENERGIA: A través del trabajo corporal, se puede vincular la conciencia a los niveles más profundos de la psique. Dicha experiencia promovida por el movimiento, permite que la vida penetre en el cuerpo, provocando un estado que ayuda a experimentarla y comprenderla, escuchando los modos de decir del propio cuerpo.  Movimiento y el baile pueden provocar cambios tanto a nivel biológico (mejorando la postura corporal y reduciendo las molestias y los dolores) como a nivel psicológico: transformaciones que no podrían ser fácilmente producidas por la voluntad o por la reflexión. El cuerpo tiene memoria y ésta se despierta con el movimiento.

Así, facilitamos sanar y transformar cualquier huella o herida que hayamos acumulado en nuestra historia. Conocer y amar nuestro cuerpo es honrar nuestra alma, para poder emerger con más energía, dejando salir la esencia, que es la que nos hace brillar.

¡ATRÉVETE A DESCUBRIR LO QUE GUARDA TU CUERPO!