El futuro de la seguridad a través de la tecnología biométrica
Por: Jonathan Ávila, Gerente de Producto para Alcatel México
La seguridad digital de la información es una preocupación para todas las personas, gobiernos y empresas del mundo. Cada día aumentan los factores de riesgo que facilitan los cibercrímenes, sin embargo, los avances tecnológicos también se han desarrollado a pasos agigantados y, sobre todo, han ampliado su alcance a un creciente número de personas, el mejor ejemplo son los sistemas de seguridad biométricos.
Actualmente, los usuarios gestionan múltiples cuentas online de servicios y entretenimiento adicionales a sus cuentas de acceso de los dispositivos electrónicos, por lo que diariamente manejan un sinfín de contraseñas de seguridad. El problema es que la acción típica de la mayoría de las personas es utilizar una misma contraseña para todas sus cuentas, lo cual favorece su desciframiento y peor aún, el mal uso o robo de su información.
Se estima que para el año 2020, el usuario promedio contará con 200 cuentas en línea, lo que se traduce en 200 contraseñas distintas. ¿Cómo afrontar este reto?, una opción es la biométrica, es decir, la tecnología dedicada a medir y analizar datos biológicos como la huella dactilar, las características del ojo, la geometría de la mano, las características faciales, patrones de voz, entre otros.
En este sentido, el lector de huella digital se ha convertido en uno de los sensores de autenticación más eficaces, accesibles y sencillos de utilizar, por lo que se ha comenzado a integrar en los teléfonos inteligentes.
Esta tecnología funciona con la correspondencia entre la huella digital presionada en el lector y la “imagen” almacenada en el dispositivo, la cual es una representación detallada de la huella, que incluye todos los arcos, curvas y círculos de los poros del dedo.
De acuerdo con la edición 2017 de las “Predicciones sobre los sectores de tecnología, medios y telecomunicaciones” de Deloitte Global, se calcula que este año habrá más de mil millones de dispositivos equipados con lectores de huellas digitales. Asimismo, se espera que cada sensor se utilice en promedio 30 veces al día, lo que implicaría más de 10 billones de pulsaciones al año en todo el mundo.
En contraste con los otros sistemas biométricos, las huellas digitales ofrecen las ventajas de que el sensor funciona en segundos, incluso en la oscuridad, y puede ejecutarse discretamente mientras el usuario camina o realiza otras actividades.
Además, los smartphones que incluyen el lector de huella digital constituyen una herramienta de seguridad integral, debido a que unifica los tres factores de autenticación esenciales: de conocimiento, inherente y de posesión. El primero se basa en contraseñas, NIP (Número de Identificación Personal) y preguntas de verificación; el segundo consiste en la biometría la cual implica una firma biológica única e irrepetible; y el tercero que está relacionado con la conectividad de los teléfonos, por lo que en caso de robo se pueden rastrear con mayor facilidad e incluso deshabilitarlos de manera remota.
Así pues, la tecnología biométrica aplicada con propósitos de seguridad, identificación y autentificación, es una herramienta valiosa en la actualidad. Deloitte Global estima que, para finales de este año, 40% de todos los teléfonos inteligentes en países desarrollados incorporará un lector de huella digital y al menos, 80% de los usuarios de estos smartphones utilizará con regularidad este sensor.
Dicha situación se perfila como una oportunidad relevante para la adopción general de la biometría en otros entornos de la vida, por lo que es probable que en los próximos años se alcance un desarrollo de la tecnología biométrica más sofisticado y eficaz. Adicionalmente, el uso de varios sensores biométricos como clave de autentificación aumentará potencialmente la seguridad de la información y con ello la confianza de los propios usuarios.
Ahora bien, un aspecto fundamental para lograr este avance en materia de seguridad dependerá de la democratización tecnológica. En este sentido, la apuesta es que más personas puedan tener acceso a dispositivos móviles de calidad con la más alta tecnología; smartphones que integren un lector inteligente de huella digital, que se adapten a las necesidades de cada usuario. Así, el uso cotidiano de la tecnología biométrica será una acción cada vez más familiar para las personas, lo que a su vez promoverá la investigación científica para la mejora de la tecnología biométrica mundial.