Del trabajo en casa, a la casa del trabajo
Por: José de Jesús Fernández
A partir del 2020, todos nos vimos forzados a dar un paso que, en muchas industrias, incluyendo la nuestra, tenía sus reservas: el trabajo virtual. Muchos pensamos que sería un sueño hecho realidad: “El trabajo en casa” o Home Office, ahora después de 3 años de haber dado este paso mayúsculo, ¿se cumplió con las expectativas de todos los empleados?
El trabajo en casa era hace 4 años un anhelo; evitar el tiempo en traslados, vestir más cómodos, tener una mejor calidad de vida y pasar más tiempo con nuestros seres queridos. Sin embargo, el súbito cambio limitó el tiempo de crear una cultura laboral adecuada para trabajar en casa, y a los propios empleados nos representó una serie de retos no considerados: el espacio físico, la administración del tiempo, el ambiente propicio y, sobre todo, el establecer límites entre el hogar y el trabajo.
Pero, ¿cómo explicarle a un hijo pequeño que aunque te vea en casa no debe requerirte?, ¿cómo pedirle a nuestros mayores que no soliciten ayuda inmediata (si no es grave) cuando estamos laborando o lograr que nuestra mascota no haga una fiesta cuando ocurre algo en el hogar?
Para la mayoría de los empleados trabajar a distancia generó una carga de estrés adicional, ya que después de tener una supervisión presencial, estar ahora en casa representaba el compromiso de demostrar que se estaba trabajando incluso más que en la oficina; por otro lado, los empleadores generaron una confianza intrínseca de poder solicitar información en cualquier momento y de cualquier manera, ya que al estar en casa se podría realizar sin mayor problema.
Atrás quedó aquella época en donde la tecnología nos limitaba y al salir del trabajo no había nada más quehacer, ya que no se tenía una PC en casa o un celular para continuar disponible y, aunque se quisiera, teníamos que esperar al siguiente turno para retomar aquella tarea pendiente.
La asignación de lograr no llevar la casa al trabajo y el trabajo a casa es una responsabilidad compartida, suena extraño bajo esta nueva modalidad, pero aun cuando hoy el trabajo pueda realizarse de manera remota, deben estar muy bien delimitados los roles, los tiempos y las responsabilidades. Se debe encontrar no sólo el equilibrio, sino los límites entre ambos; generar una cultura adecuada será entonces el futuro sostenido de esta nueva forma de vida laboral.
Actualmente, encuestas realizadas a nivel nacional e internacional coinciden que existe una gestión híbrida con mayor tiempo remoto, sin dejar de lado la modalidad presencial, pues como seres humanos necesitamos socializar y tener un ambiente de trabajo colaborativo. Una de las mayores virtudes del Contact Center, dicho por los propios colaboradores, es el ambiente de trabajo, el cual lo hacemos todos.
La inteligencia socioemocional es fundamental en las relaciones como lo define Daniel Goleman. Los invito a que sumemos a esta nueva cultura desde todos los frentes y, de esta forma, hacer realidad aquel sueño del ¡trabajo en casa!