¿Cómo afrontar la incertidumbre? Sabiendo quiénes somos y hacia dónde vamos
Por: Miguel Degetau, consultor de Miebach Consulting México
En la actualidad, elaborar una planeación estratégica adecuada es esencial para las organizaciones, pues con los cambios de vida recientes provocados por la pandemia del COVID 19 (y lo que nos falta por entender y conocer sobre la “nueva normalidad”), definir qué haremos como empresas en el futuro es muy importante para enfrentar la incertidumbre.
Es un hecho que después de esta crisis de salud, económica, social y hasta personal, todo será distinto. Para enfrentar las dificultades ante este panorama, las empresas deberán aprovechar las oportunidades planteando, ya sea la creación de un plan estratégico, o su readaptación con miras al futuro.
En este sentido, el primer paso es replantearnos como empresa quiénes somos y hacia dónde vamos. Cualquier cambio es factible, toda vez que es inminente que los hábitos de consumo de las personas se han modificado y seguirán haciéndolo. Es momento de hacer una introspección empresarial, evaluar la misión y visión que dan estructura a los objetivos de la compañía.
Asimismo, deberá definirse el plan a seguir con objetivos SMART (Specific, Measurable, Attainable, Realisitic, Time) estableciendo políticas y estrategias que guíen los planes de trabajo, tiempos, recursos e inversiones para soportar las acciones que guíen a la empresa al éxito.
En esta planeación será importante identificar los riesgos potenciales, las posibles restricciones y/o políticas actuales que puedan obstaculizar el cumplimiento de las actividades que encaminen a la meta planteada, para entonces lograr desarrollar las medidas correctivas.
Para hacer el cambio posible se requiere que la alta dirección de las empresas esté involucrada y participe activamente en este proceso de planeación, el cual debe ser repetido anualmente con una mira de 3 a 5 años.
Una metodología recomendada para realizar este plan estratégico incluye la utilización de cuatro perspectivas fundamentales: Financiera, Comercial, Operativa y de Recursos Humanos. Considerando estos cuatro pilares puede asegurarnos que será un plan integral y holístico.
Dicho plan deberá permear a todos los niveles de la organización, designando una matriz RACI (Responsible, Accountable, Consulted, Informed) para cada uno de los objetivos, impulsando su correcta ejecución por líderes que sean apoyados a su vez por la alta dirección de la compañía.
Los líderes de dichos proyectos deberán reportar a un sponsor dentro del comité directivo de la empresa para que las decisiones sean aprobadas rápida y eficazmente, ejerciendo la adaptabilidad y la flexibilidad que exige el momento. Todas estas acciones impulsan el crecimiento de las empresas para salir de la crisis.
La experiencia tanto en México como en otras regiones del mundo ha permitido ver casos donde los directivos comprenden perfectamente lo que es planear de forma estratégica, pero terminan enfocándose en el día a día de sus actividades debido a la complejidad de la operación de sus empresas.
Por ello, se requiere personal dedicado que promueva la elaboración de estas actividades, garantizando la participación y el compromiso activo de los colaboradores. Es responsabilidad de los líderes descubrir estrategias innovadoras y visionarias que encaminen los esfuerzos hacia la meta definida, sin que concluyan en simples trabajos aislados.
La confianza debe sustituir a la incertidumbre a través de especialistas con conocimientos específicos que abran un abanico de alternativas que proporcionen a su vez planes de acción congruentes con las circunstancias del hoy.
Evidentemente, el cambio en el entorno empresarial ya se dio ante las circunstancia generadas por la pandemia. Asegurémonos de que nuestras empresas estén preparadas para afrontarlo.