IA agéntica, datos y gobernanza: tendencias clave que definirán el 2026

El avance constante de la tecnología ha preparado el camino para que 2026 sea un año de transformación estratégica. Las empresas están dejando atrás la simple automatización para enfocarse en experiencias más inteligentes, ecosistemas seguros y decisiones impulsadas por datos. Esta evolución refleja una necesidad creciente de agilidad, personalización y protección frente a un entorno digital cada vez más complejo.

En este contexto, Dell Technologies dio a conocer sus predicciones para 2026 dirigidas a América Latina en un panel virtual que contó con la participación de John Roese, Global Chief Technology Officer & Chief AI Officer y Luis Gonçalves, Presidente de la compañía en la región. La sesión estuvo guiada por Michelle Wendling, Directora de Comunicación para América Latina.

Durante la conversación, los directivos señalaron que, si bien la adopción de IA ha avanzado con gran velocidad, la gobernanza no ha seguido ese mismo ritmo. Muchas organizaciones han implementado modelos, chatbots y agentes sin contar con marcos de control robustos, lo que genera riesgos importantes para la estabilidad y seguridad del ecosistema.

Mirando hacia 2026, señalaron que será imprescindible contar con entornos privados, gobernados y seguros, incluyendo modelos que operen localmente o dentro de fábricas de IA bajo supervisión estricta. Enfatizaron en la necesidad de que gobiernos y empresas colaboren para fortalecer un ecosistema regulado y confiable, subrayando que la gobernanza no pretende limitar la innovación, sino asegurar una adopción de IA más estable, responsable y escalable.

Además, los directivos destacaron que el mayor salto en Inteligencia Artificial provendrá de la capacidad de las empresas para gestionar, enriquecer y activar sus datos. Según Dell, en 2026 la gestión y el almacenamiento de datos de IA se consolidarán como el corazón de la innovación, impulsados por plataformas diseñadas específicamente para integrar fuentes dispares, proteger nuevos activos derivados de la información y ofrecer almacenamiento de alto rendimiento.

A medida que se consolida la era agéntica, los datos dejarán de utilizarse únicamente para entrenar modelos y se transformarán en un recurso dinámico que habilite conocimiento en tiempo real. Esta “capa de conocimiento” será esencial para los sistemas de IA del futuro, proporcionando contexto y precisión a su toma de decisiones.

En este sentido, la IA agéntica tendrá una evolución significativa: pasará de ser un asistente útil a convertirse en un orquestador integral de procesos complejos. En industrias como la manufactura y la logística, estos agentes serán capaces de coordinar equipos, asegurar continuidad operativa entre turnos y optimizar flujos de trabajo en tiempo real. Dell destacó que estos sistemas funcionarán como el “sistema nervioso” de las operaciones modernas, dependiendo en gran medida de datos empresariales que estén correctamente protegidos, administrados y estructurados.

En esta evolución hacia ecosistemas más complejos e inteligentes, los directivos también resaltaron que la IA soberana se convertirá en un pilar estratégico para los países. Las naciones ya no se limitarán a consumir tecnología global, sino que desarrollarán marcos propios de regulación, operación e innovación, con el objetivo de acelerar la creación de soluciones locales y garantizar la autonomía digital.

Este enfoque implicará que las empresas operen dentro de límites regionales bien definidos, apoyándose en infraestructuras nacionales diseñadas para fortalecer sectores críticos como la salud, la industria y los servicios públicos. Dell señaló que este movimiento trasladará la IA de un concepto global a una realidad profundamente local, donde su impacto será tangible tanto en los ciudadanos como en las economías. La soberanía tecnológica permitirá a los países proteger sus datos, impulsar la competitividad y configurar modelos de desarrollo más resilientes frente a los desafíos del entorno digital.

Tanto John Roese como Luis Gonçalves coincidieron en que el éxito de las organizaciones en 2026 no dependerá de seguir cada tendencia emergente, sino de construir fundamentos sólidos: fábricas de IA resilientes, marcos soberanos bien definidos, datos limpios y accesibles, sistemas agénticos capaces de gestionar operaciones complejas y ecosistemas de colaboración entre industria, sociedad y gobiernos.

En un futuro que avanza a velocidad de la luz, sostuvieron, el verdadero diferenciador será la capacidad de actuar desde ahora.