Sin dolor no hay ganancia: los pequeños fracasos son peldaños al éxito

Por: Juan Francisco Aguilar, Director General, Dell Technologies México

Aproximadamente un 70% de las transformaciones digitales fracasan, y eso no necesariamente debe ser considerado como malo, siempre y cuando se adopte una perspectiva adecuada al fracaso. De hecho, este tipo de prueba y error es fundamental para todas las organizaciones de la industria, incluido el sector público, quienes deben considerar siempre un margen para los malos resultados, pues como veremos, la oportunidad de aprender de esos errores es de suma prioridad.

Nuestra recuperación depende de esta faceta progresiva de la innovación para hacer frente a los tiempos de espera en los hospitales, agilizar los servicios digitales, permitir una mayor accesibilidad y cumplir los objetivos de sostenibilidad e inclusión. Aceptar el fracaso y más aún, considerarlo una oportunidad, permitirá la resiliencia en nuestro futuro hipercompetitivo y cada vez más digitalizado. Llamémosle fracasar rápido, pero con gracia.

A medida que el sector público busca agilizar la Transformación Digital y beneficiarse del potencial de las infraestructuras escalables, le resultará vital tomar nota de las lecciones del sector privado. Sabemos que la transformación no es fácil, ya que el 94% de las empresas se enfrentan a barreras arraigadas en la tecnología, el personal y muchas veces en la burocracia. El Índice de Transformación Digital de Dell Technologies nos muestra que sólo el 29% de las empresas fomentan activamente una mentalidad de "fracasar rápido y triunfar", lo que pone de manifiesto el alcance del reto que tenemos por delante. Aprender de estos errores y trabajar con expertos del sector es fundamental para optimizar las metas digitales del sector público.

Peldaños para el éxito

Aceptar el tipo correcto de fracaso es esencial para dar nuestro primer paso. Sin embargo, existe una diferencia muy importante entre los fracasos incrementales en el camino de la transformación digital que conducen a aprendizajes y los fracasos a largo plazo que perjudican el negocio. En este sentido, vemos que es vital reconocer la necesidad de probar, ensayar y experimentar en la era digital, y los líderes del sector público están bien situados para adoptar esta distinción y fomentar una cultura de la innovación, en la que los pequeños fracasos forman parte del proceso de evolución.

Aquellas organizaciones que estén preparadas para realizar cambios graduales en su ruta de transformación digital se encontrarán con pequeños fracasos de los que podrán aprender sobre la marcha mientras se corrige el rumbo. Este enfoque gradual y centrado generará más impacto que los que buscan un cambio único y contundente. Considerar espacio para el error y la evolución dentro de la hoja de ruta de una transformación digital normalmente conduce a un cambio positivo y tienen muchas más posibilidades de éxito aquellas alianzas que se basan en la aceptación de fracasos marginales en su búsqueda de la innovación a largo plazo.

El sector público: Una métrica a la vez

Actualmente, está previsto que el tamaño del mercado mundial de la Transformación Digital crezca de 521.500 millones de dólares en 2021 a 1247.500 millones de dólares en 2026, por lo que adoptar el enfoque adecuado ahora es importante para los sectores público y privado. Los procesos de transformación digital deben centrarse en mejorar de forma tangible una métrica importante. Centrarse en una cosa cuantificable a la vez significa que las organizaciones pueden verificar fácilmente el impacto, así como probar, aprender y perfeccionar un enfoque para obtener el máximo beneficio. Esto significa encontrar un proceso crítico que sea importante y luego aplicar tecnologías avanzadas para mejorar ese proceso de forma gradual, es decir en un 5% o 10% cada vez.

De acuerdo con datos del Project Management Institute (PMI), México ocupa el quinto puesto en la última clasificación de políticas de datos abiertas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y es líder entre países con un PIB comparable al suyo ocupando el puesto 55 en madurez digital entre 151 países analizados por la consultora McKinsey. Estos logros de su no han sido fruto de una sola estrategia con un solo éxito, sino que se han alcanzado mediante logros graduales, producto de pequeños fracasos que dejan aprendizajes que conducen al éxito.

Para adoptar un enfoque de pequeños fracasos graduales, es de gran ayuda entender la siguiente perspectiva: los pasos más pequeños requieren menos trabajo, menos recursos y menos financiación; y 100 pasos medidos hacia adelante pueden tener una mejora operativa más dramática y significativa que un gran salto hacia lo desconocido.

Esto se puso de manifiesto en nuestro reciente trabajo con el Instituto de Salud de Berlín. La instalación de nuevos servidores centrales supuso un aumento del 70% en la potencia de procesamiento respecto a su sistema heredado. Es una parte importante de nuestra solución de Transformación Digital para su investigación en curso sobre Covid-19.

Uno de los mayores retos del sector público en cualquier lugar del mundo, es hacer realidad su visión de una sociedad más sana y floreciente gracias a la Transformación Digital. Al estar financiado por el Estado y como guardianes de las finanzas públicas, este sector es quien maneja los hilos del dinero y por esta razón puede sentir que hay poco espacio para los errores. Sin embargo, el sector público debe tratar de adoptar ese espíritu de innovación digital e incorporar la aceptación de esta perspectiva de fracaso a lo largo de este viaje hacia una economía preparada para el futuro, en colaboración con expertos y socios.

La recuperación: Mentalidad para el futuro

La prueba y error como respuesta al fracaso en las primeras fases de un plan de transformación es una herramienta inestimable, independientemente del sector. Como dijo recientemente John Roese, CTO de Dell Technologies, "Hace diez años, la innovación en el sector público se construía en torno a enormes programas excesivamente ambiciosos, con iniciativas gigantescas que a menudo se prolongaban durante 10 o 15 años, y esos fracasos se hacían patentes mucho más adelante, siendo mucho más grandes y costosos. Ahora vivimos en un mundo totalmente diferente, con mayores oportunidades para una innovación extremadamente ágil y rápida".

Recordar que sólo alrededor de un tercio de las transformaciones digitales tienen un impacto material y beneficioso para la empresa no pretende frenar la ambición, sino nivelar las expectativas y permitir una mentalidad más innovadora en el camino hacia la recuperación económica. Estas propuestas deberían ayudar a cultivar más habilidades digitales y preparar a la fuerza laboral para adaptarse a un futuro en el que tendrán múltiples carreras y especialidades.

Es de vital importancia poner en marcha las inversiones anteriores y sacar el máximo partido a las innovaciones digitales durante la fase de implementación de estrategias para la recuperación. Aceptar el fracaso es más importante que nunca a la hora de afrontar este viaje y sus inminentes desafíos. Tenemos que fracasar juntos rápidamente.

A medida que los sectores público y privado colaboran en su intento de hacer realidad la recuperación, es esencial aceptar que es mejor fracasar rápido, aprender rápido, y saber que vamos a ganar poco pero muy a menudo. Esta es la mentalidad que impulsará las transformaciones digitales del sector público para entrar plenamente en la Cuarta Revolución Industrial.